En los últimos años, diversas circunstancias de la vida hicieron que buscara apoyo psicoemocional y que me interesara por la formación como terapeuta Gestalt. Tras esto, echando una vista atrás, me di cuenta de cuán perdida estaba y que realmente no me enseñaron en ningún sitio a gestionar mis emociones, a comprenderlas o escucharlas, a poner límites o a entender que si uno no se responsabiliza de sanar ciertos aspectos de su vida, éstos le van a estar llamando a la puerta una y otra vez. Eso me llevó a preguntarme: ¿Por qué ésto no se enseñó en la escuela y sin embargo, dimos tantas y tantas horas de aprendizaje curricular? La educación emocional y la expresión creativa del ser, siguen estando en detrimento en las aulas y yo he podido vivenciar y comprobar la gran necesidad que hay de que estos aspectos tengan un lugar para los niños en su educación. (Gestión emocional, duelos, autoestima, gestión digital, redes sociales, bullying, prevención de acoso, comunicación, asertividad, convivencia, límites, corresponsabilidad, igualdad, sexualidad...) Estos son algunos de los temas que considero imprescindibles de abordar en un aula, pero no hay un espacio real para ello en el currículum, y tampoco suele haberlo en la ajetreada vida que llevamos. Sin embargo, si un niño no está bien a nivel emocional, muy difícilmente estará preparado para la adquisición de contenidos curriculares o para desenvolverse en la vida.
Y así surge este proyecto, con el que se pretende: acercar la educación emocional y creativa a niños y sus familias a través de encuentros educativo-terapéuticos y la expresión del subconsciente creativo, para conectar con quien realmente somos.
Porque sueño con que otra educación SI es posible.
“Los niños necesitan comprender qué les ocurre, herramientas para gestionarlo y sobre todo, ser escuchados”.